El próximo día 20 de julio entra en vigor todo el paquete de requisitos
para sustancias químicas de la Directiva de Seguridad de los Juguetes. El nuevo
marco creado supondrá un reto para el sector, un reto que se traduce en nuevos
esfuerzos para asegurar la conformidad de los productos que ponemos en el
mercado.
Tal y como hemos venido manifestando en los últimos meses, es necesario un
cambio de mentalidad por parte de todos los actores implicados en la cadena de
suministros del juguete, un cambio de mentalidad que implique un cambio de
conceptos, a partir de ahora va a ser muy complejo que el fabricante demuestre
conformidad con los requisitos químicos sólo a través de ensayos de
laboratorio.
Son tantas y de naturaleza tan variada, las sustancias que debemos
controlar que resultaría ruinoso verificar a través de ensayos de tercera parte
todas y cada una de ellas sin que ello aporte un completo margen de seguridad,
una certidumbre del 100% ya que, al fin y al cabo, esos ensayos son
representativos únicamente de la muestra ensayada.
La parte positiva en este complejo entramado es que tanto las autoridades
comunitarias como las estatales están de acuerdo con estos argumentos y apoyan
el aseguramiento de la conformidad mediante otros procedimientos o métodos,
tales como la Evaluación de Seguridad Química.
La Evaluación de Seguridad Química, documento que debe formar parte del
expediente del producto, se presenta como la herramienta adecuada para manejar
los riesgos químicos y dar cumplimiento a las exigencias en esta materia de la
Directiva de Seguridad de los Juguetes.
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