lunes, 28 de octubre de 2013

Disfrazarse en Halloween con Seguridad

En los días previos a la "noche de brujas", los parques temáticos y de ocio, los restaurantes e, incluso, los hoteles idean propuestas cada vez más excéntricas y convierten sus instalaciones en improvisados cementerios, con su personal disfrazado con atuendos terroríficos que ofrecen al visitante unas jornadas repletas de sustos. Menús y cócteles sangrientos son algunas de las ofertas para que, tanto niños como adultos, vivan unos días de diversión aderezados con miedo y pesadillas.


Conseguir el atuendo más aterrador para pequeños y mayores sin salirse del presupuesto establecido puede suponer más de un quebradero de cabeza, sobre todo en los tiempos corren. De cualquier modo, el ahorro no tiene por qué estar reñido con las normas de seguridad. Así, antes de adquirir un disfraz y sus accesorios, hay que comprobar que sean seguros.
Algunas normas que conviene respetar al comprar un disfraz y sus complementos
El etiquetado de los artículos debe especificar la edad a la que van destinados:
El INC (Instituto Nacional del Consumo) recomienda que se extremen las medidas de prevención en el caso de los menores. Por ello, se aconseja comprar artículos adecuados a la edad del niño, leer bien la etiqueta y comprobar que las instrucciones de uso estén en castellano. En ellas, tiene que aparecer la edad recomendada, los consejos de seguridad y la empresa responsable del producto, en el caso de que surja algún inconveniente.
    • Cuando estos artículos van destinados a niños menores de 14 años se consideran juguetes, y se les aplica la legislación correspondiente. Es decir, deben llevar la etiqueta CE (conformidad europea), que es el símbolo por el que el fabricante acredita que el artículo cumple todos los requisitos de seguridad. En cualquier juguete fabricado o vendido en la UE, además de la marca CE, debe constar el nombre y dirección del fabricante, las advertencias de uso y un código que permita identificar el juguete, en caso de que haya que retirarlo del mercado por algún problema de seguridad.
    • Si los productos van destinados a personas mayores de 14 años, no son considerados juguetes, con lo que no han de llevar dicha etiqueta, sino que deben cumplir con el etiquetado general de las prendas textiles (que incluye el nombre, dirección y el NIF del fabricante, comerciante o importador, el número de registro industrial, en el caso de prendas fabricadas en España, y la composición del artículo).
Escoger un disfraz y sus complementos acordes con la edad y estatura del niño:
    • Con el fin de evitar caídas y traspiés, el disfraz no debe arrastrarse por el suelo o ser demasiado grande, sino que tiene que adaptarse bien al cuerpo del menor.
    • Hay que comprobar que los disfraces de los más pequeños de la casa no incluyan piezas diminutas que se puedan desprender y ser ingeridas.
    • Otros accesorios del disfraz, como cuchillos, espadas o bastones, han de ser blandos y flexibles para prevenir lesiones.
    • Asimismo, las pelucas, máscaras y caretas deben estar hechas de materiales transpirables y han de tener una ventilación adecuada y orificios suficientes en ojos, nariz y boca, con el fin de evitar asfixias.
- Verificar que los disfraces no contienen materiales inflamables:
Las asociaciones de consumidores recomiendan estudiar el etiquetado de los disfraces, máscaras, pelucas y demás complementos, para comprobar que no contengan materiales inflamables. En este sentido, tejidos como el nylon y el poliéster son los más adecuados, pues son bastante resistentes al fuego.

Prestar atención especial a maquillajes y postizos que actúan sobre la piel:
    • En el etiquetado de los cosméticos debe aparecer, como mínimo, el nombre del producto, el del fabricante o importador y su dirección, la fecha mínima de caducidad, el número de lote y los componentes. Asimismo, los maquillajes deben ser hipoalergénicos.
    • Postizos como narices, verrugas, barbillas, bigotes, barbas, etc. deben estar testados dermatológicamente para no producir alergias.
- Vigilar los artículos que se colocan en boca y ojos:
    • Los objetos que se introducen en la boca, como dentaduras postizas y colmillos, no pueden contener elementos químicos contaminantes, como el plomo. Además, las cápsulas con productos viscosos que simulan sangre tienen que estar perfectamente etiquetadas y sus ingredientes deben ser aptos para la ingestión.
    • Por su parte, algunas lentillas de fantasía pueden ocasionar daños irreparables en los ojos. Hay que tener en cuenta que estos accesorios solo deben adquirirse en un establecimiento de óptica y han de ser adaptados y supervisados por un óptico u optometrista. Asimismo, hay que tener cautela con los pegamentos de ciertas pestañas postizas, pues pueden provocar irritaciones en ojos y piel.

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