En Navidad, los niños suelen recibir juguetes. La tradición dice que unas
veces los traen Papá Noël, otras los Reyes Magos y otras muchas veces los
papás, familiares o amigos. En el pasado, los juguetes eran elegidos, elaborados
con paciencia y cariño por estos últimos, solían ser duraderos, sencillos y
muchas veces servían para más de un niño, incluso se heredaban de unos a otros.
Ahora los juguetes los deciden falsamente los adultos o el niño, en realidad lo
hace la industria y los medios de difusión a través de la comunicación.
¿Qué juguete regalar?
Los dos requisitos más importantes de los juguetes son:
1) que sirvan para jugar
2) que sean seguros.
No todos los juguetes sirven para jugar, bien porque están mal elegidos,
por ejemplo, para una edad inapropiada; o porque tenga prestaciones adecuadas
para el comprador pero no para el destinatario, por ejemplo, un juguete
electrónico no es utilizado hasta después de los 7 - 8 años; o porque requiera
un espacio para su instalación inexistente en el domicilio o un mantenimiento
costoso, complicado o difícil de aplicar, motivos por los que deja de
utilizarse.
El juguete tiene que ser seguro, por tanto, no desmontable en piezas
pequeñas o despegarse porque el niño pueda llevárselo a la boca, atragantarse
con riesgo de asfixia, como los ojos o los botones de los peluches o muñecos. Los
juguetes tienen que ser no tóxicos, sin resinas, pinturas ni plomo;
resistentes al fuego; lavables; sin aristas y sin corriente eléctrica o si
llevan pilas que no sean desmontables. Y si se regala bicicleta, por favor con
casco porque este evita muchas fracturas de cráneo.
El mejor juguete no es el caro sino el que se utiliza para jugar, el mejor es el que logra estimular la
imaginación, la actividad física, emocional y mental, el que potencia la
creatividad convirtiendo al niño en uno o múltiples personajes, animales,
objetos que le hacen hablar, reír, imitar, saltar, o pensar. El juego es
imprescindible para el aprendizaje de los niños y significa salud, sin embargo,
la ausencia de juego se asocia a enfermedad física o mental.
¿Muchos o pocos juguetes?
Contrariamente a los que muchos padres piensan, el cariño de sus hijos no
se compra con juguetes. Además, el exceso de juguetes dificulta el
juego. Los niños con múltiples muñecas, animales o juguetes en su
habitación o en su casa pierden el interés por estos juguetes, se vuelven
consumistas y apáticos. Si este es su caso, antes de adquirir un nuevo juguete,
regale los demás, su hijo y otros niños se lo agradecerán.
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