Las ventas de juguetes en
España sumaron el año pasado unos 697 millones de euros, lo que supone un
descenso del 10,6% respecto al ejercicio anterior y que el sector, que hasta
2010 capeó en positivo la crisis, sume dos años consecutivos a la baja.
No obstante, las exportaciones,
con un aumento del 10%, permitirán a los fabricantes nacionales compensar la
caída del consumo interior y mantener el empleo, explicó en una entrevista a
Efe el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ),
José Antonio Pastor, quien reclamó al Gobierno medidas para favorecer el
retorno de producción al país.
En 2012, se vendieron cerca de
39 millones de unidades en España, el 13,3% menos. Según Pastor, el hecho de que
la caída de unidades vendidas sea mayor que el descenso registrado por la
facturación total obedece a que debido a la crisis los consumidores se decantan
por compras más racionales y por adquirir menos juguetes pero de mayor calidad
y precio.
Por categorías, las ventas de
muñecas crecieron el 1,2%, hasta 150 millones de euros, y las de juguetes de
construcción el 0,2%, con lo que superaron los 32 millones.
Las figuras de acción y
accesorio recortaron sus ventas un 30,8% y las de juguetes electrónicos el
21,5%, con lo estas categorías fueron las que más sufrieron en 2012.
En el terreno internacional y
según datos provisionales, las exportaciones, habrían cerrado el año por encima
de los 400 millones de euros y con un crecimiento algo inferior al 10%,
descontado el “efecto” Portugal -que altera las cifras debido a decisiones
logísticas de los distribuidores-.
“Las exportaciones, que
representan el 40 % del total de la facturación del sector, nos vienen salvando”,
afirmó Pastor, quien destacó que las ventas a Rusia habrán cerrado 2012 con
crecimientos de más del 48% con lo que el país se consolida como el primer
mercado de juguete español fuera de la Unión Europea. El presidente de la AEFJ
explicó que en el mercado ruso triunfan las muñecas españolas “made in Spain” y
que los distribuidores les piden que destaquen en el embalaje que el producto
ha sido fabricado cien por cien en España, lo que refleja que fuera se aprecia
la calidad de la fabricación nacional.
Pastor consideró “vital” para
el mantenimiento del sector, que emplea directamente a 5.500 personas e
indirectamente a 25.000, que fluya la financiación a las empresas en España,
segundo productor de Europa por detrás de Alemania y décimo del mundo.
En este sentido, advirtió de
que compañías que volvieron de la feria de Nuremberg (Alemania), el mayor
encuentro mundial de empresas jugueteras, con grandes contratos no podrá
fabricarlos en España por falta de financiación. “Para no perder el contrato, la
producción será subcontrata a fabricantes de otros países para que estos corran
con la financiación”, lamentó Pastor, quien pidió al Gobierno que adopte
medidas para rebajar los costes y elevar la competitividad de España para poder
retornar producción.
Debido a la caída del consumo,
las cadenas de distribución hacen pedidos cada vez más pequeños a los
fabricantes, lo que propicia que muchos de ellos, principalmente las pymes,
opten por fabricarlos en España pues al tratarse de series más cortas ya no es
tan rentable llevarlas a países como China.
Hasta hora, la relocalización
se está produciendo por factores externos como el tipo de cambio, el
encarecimiento de la materia prima y del transporte y el aumento del coste de
la mano de obra, que hacen que ya no sea tan atractivo producir en el exterior
determinados artículos.
Para que las empresas puedan
apostar por España, el Gobierno debería apoyar esos factores externos con
medidas internas para elevar la competitividad del país a medio y largo plazo,
como por ejemplo mejorar el acceso a las ayudas a la I+D+i, rebajar las cuotas
a la Seguridad Social o reducir la burocracia, apuntó Pastor.
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